LA CORRIENTE
Los chavales se sientan en círculo un poco separados y se cogen
con las manos. Un jugador deberá
colocarse en el centro del círculo.
El animador, que está en el círculo, hará de central eléctrica
escondiendo las manos bajo las rodillas y descargando hacia un lado la
corriente, por medio de un ligero apretón de manos a su vecino, que a su vez ha
de dárselo a su otro compañero... La corriente puede dar vueltas y también
cambiar de sentido.
El jugador del centro tiene que mirar las manos de los del
círculo y adivinar o notar la mano por la que pasa la corriente.
El jugador que ha sido descubierto pasa al centro.
EL GUIÑO ASESINO
Es parecido al anterior.
Los jugadores se sientan en círculo de tal forma que todos
pueden verse los ojos. El que dirige el juego se acerca al oído de cada jugador
y sólo dirá a uno que haga de asesino. Este asesino secreto ha de liquidar a
todos por medio de guiños de ojo. El jugador a quien va dirigido el guiño, si
lo ve, ha de decir al cabo de un pequeño instante “muerto” y permanecer en
silencio en el círculo.
Si un jugador sospecha de otro que es el asesino ha de decir
“sospecho”. Se sigue el juego hasta que otro jugador también sospeche. Si
coinciden, el asesino queda descubierto y el jugo acaba. Si no, el juego
continúa hasta que sea descubierto el asesino o queden todos liquidados.
El asesino, para evitar que se fijen en él, también puede
sospechar.
LA PAELLA
Se les comunica a la concurrencia que como se va hacer una
paella, que diga cada uno lo que pondría de especial en esta paella,
exceptuando el arroz, la sal y el aceite, se van diciendo: gambas, cigalas,...
Al terminar se comienza la frase: Por la mañana cuando me
levanto me lavo... y cada uno añade lo que había puesto en la paella.
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